miércoles, 9 de febrero de 2011

poema VI soledades

El poema VI de Antonio  Machado pertenece al Modernismo intimista como movimiento literario, se encuentra recogido en su obra Soledades, de corte modernista. El poema se puede resumir muy fácilmente. Machado entra en un parque y va hacia una fuente donde se para a recordar
            La peculiaridad del texto es que es una muestra perfecta del Modernismo  intimista del autor, ya que tiene las figuras correspondientes a este movimiento literario, como la sonoridad y la visión del mundo interno del poeta.
            El tema del poema es la conversación que mantiene el yo poético con una fuente durante una tarde “clara y triste”. La síntesis del texto es que nos empieza explicándonos como era la tarde de verano, , después nos sigue explicando cómo atraviesa el parque y el encuentro con la fuente monótona y como mantiene la conversación con ella, hablando del sueño y el olvido, ya que Machado dice que se puede soñar despierto. Después se despide de la fuente y regresa a su casa. Sin embargo, el verdadero trasunto del poema tiene que ver con la imposibilidad de distinguir los recuerdos y los sueños, el paso del tiempo y de la vida. Esto se ve claramente en el uso de símbolos como la tarde o el agua, típicos de la poesía de Machado.
            La métrica del poema es muy compleja, en las estrofas uno y dos hay un serventesio (A, B, A, b) de versos dodecasílabos y hexasílabos. En la tercera hay un doble pareado (E, E, F, F). La cuarta estrofa es un sexteto de rima  (G,H, G,h,i,I) de versos dodecasílabos y hexasílabos. La estrofa quinta es la agrupación de cuatro pareados dodecasílabos. La sexta estrofa es un pareado dodecasílabo. La séptima y octava son dos cuartetos dodecasílabos con rima pareada. La novena vuelve a ser un pareado dodecasílabo. La décima estrofa vuelve a ser un cuarteto dodecasílabo con rima pareada. La undécima estrofa se compone de cinco versos dodecasílabos con rima (AABBAA). La última estrofa del poema repite los versos dodecasílabos de la segunda. Este tipo de metrica son típicos del Modernismo, partidario de los versos de arte mayor y de la gran musicalidad que pueden aportar los pareados.

            Los recursos literarios más comunes en este poema son la anáfora, el hipérbaton y la personificación. La anáfora la podemos encontrar en las estrofas  nueve en “yo sé que […]” y once en “Adiós para siempre […]”. El hipérbaton  aparece en el quinto y sexto verso de la estrofa quinta. Y la personificación que es un recurso abundante en todo el texto se puede encontrar en todas las estrofas como “tarde triste”, “silencio de la tarde muerta”, “agua cantora”, etc. También aparece la repetición propiamente dicha, ya que la segunda y la última estrofa son exactamente iguales, de la misma manera que repite la interrogación retórica “¿Recuerdas, hermano?”.
Sin embargo, los recursos más destacables de este poema son  los símbolos típicos de la poesía de Machado. En primer lugar aparece la “tarde”, que tacha de “triste, soñolienta y lenta” en la mayoría del poema. La tarde en Machado hace referencia a la llegada de la vejez y como se sitúa la acción de poema en la tarde, esto nos hace pensar que reflexiona sobre su vida desde su vejez. Otro símbolo típico de Machado es el agua, que aparece en la figura de la fuente. En este caso la fuente es “cantora”, por lo que fluye el agua y este fluir simboliza la vida misma que brota por todas partes. A su vez esta fuente es interrogada sobre “recuerdos”, “ensueños” y la misma fuente sueña. Machado resalta su monotonía, que no es más que la monotonía de la vida misma, de la que no se puede recordar nada porque siempre pasa lo mismo.
            Antonio Machado en sus poemas usa mucho sustantivos y adjetivos, por tanto el poema tiene un ritmo lento. También Machado por norma general usa la tercera persona del plural  y por esto hace que el poema tenga objetividad, pero en este caso también hay presencia del primera persona cuando no está describiendo, lo que le imprime subjetividad y cierto aire intimista. Alterna el uso del pasado y del presente y abunda el modo indicativo, que le dan objetividad al poema. El uso de los adjetivos es muy abundante y la mayoría de ellos son especificativos y valorativos como “negra y polvorienta”.
En cuanto al léxico es estándar y no hay ningún tipo de cultismo o palabra arcaica. Aparece el campo semántico de la ensoñación con palabras como “soñolienta”, “sueño”, “ensueños”, “delirios”, “dormido”. También aparecen palabras relacionadas con los estados de ánimo como “triste”, “monotonía”, “alegría”, “amargura”, “pena”,  “melancolía”. El autor lo usa porque el poema tiene que ver con los estados de ánimo que le produce recordar su vida y porque su pasado le parece tan lejano como un sueño.
La mayoría del vocabulario que se usa tiene un sentido denotativo, es decir, las palabras significan literalmente. Sin embargo, también se aprecian muchísimos términos marcados con la connotación como todos los símbolos comentados, las metáforas  y las personificaciones.